a la deriva a bordo de la precaria balsa
de mi exasperante obstinación,
en un mar inmeso en demasía,
y gris, muy gris.
se suceden los días, infructuosa ha sido
hasta hoy la cacería de quimeras,
es que me ha faltado valor
con el que rellenar mis cartucheras
un par de ojos amotinados
incapaces son de distinguir
entre espejismo o realidad
entre ciencia y ficción
¿de que sirve entonces llevar
la mano pegada a la espada?
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