¿no serán mis vísceras líquidas y mi sangre niebla?
ahógome en un mar de rabia convulsa y corrosiva
y la guerra declarada a mis impulsos me aminora
arenas decrépitas se tragan pueblos enteros en silencio,
prefiero tomar senderos sombríos de montañas distantes
y que la bruma me esconda de los improperios de la memoria
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