-I-
las copas de los arboles fungen sacerdocio
con danza inician el ritual
la tierra bebe, libera el sahumerio
un aura luminiscente intermite en el horizonte
con magnificentes destellos
rabia, crueldad y ternura condensándose
en improvisadas sublimes sinfonías
-II-
ni siquiera el reguero de destrucción
que dejas a tu paso ha conseguido desengañarme
te seguiría, lo sabes, si tan solo fuera más valiente
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