-I-
el verdugo empuña el hacha ávido de morbo y sangre, el tosco metal del hacha se alza sobre mi cuello desnudo con su maligno brillo aterrador
-II-
ira en implosión
-III-
el hacha inicia su viaje descendente, un horrible chasquido sordo impregna mi cerebro, pequeñas manchas de sangre en vuelo desesperado se aferran a mi alma
del silencio absoluto surge el estallido resonante de una cabeza desprendida que choca contra el fondo de un recipiente de metal
oigo una turba enardecida corear vítores y festejar
-IV-
de un material de áspera textura mi rostro está cubierto, es una burda capucha que cubre mi cabeza, abro los ojos, por entre dos agujeros
el verdugo soy yo
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