El cielo no es humano

cuando tu canción llegó a su término
y tu voz dejó de alborotar los átomos del aire
cuando el silencio se presentó
siniestro, sombrío, taciturno

abrí mis ojos
ya no estabas

nuestra habitación me se apareció
inmensa, vacía, helada

cuervos revoloteaban sobre nuestras ruinas
y los fantasmas de escarcha, polvo y moho
se dejaron ver

en un lóbrego rincón
a través de un espejo lúgubre
empañado por un hálito gélido
una imagen
un ser del que desconfío profundamente
inexpresivo espera paciente
un descuido, una distracción
creo que

quiere deshacerse de mi

creo que

de un momento a otro...

ha de asestarme un golpe mortal