Oficinistas del infierno encadenados a copiadoras
fotocopian el rostro del infame parroquiano
el que observa impertinente y desabrido.
Las cadenas que detienen la resistencia
oprimen las gónadas y los ánimos.
Los niños que pasean chirriando, berreando
infestan el infierno de tormentos inauditos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario