como Quijote cuerdo, Raskolnikov sin asesinato. Insecto metamorfoseado a humano.
…me elude me atenta me ata me anuda me reduce a todo un amasijo inútil e inmóvil —toma forma de cansancio de falta de tiempo— me cerca me anula me fuerza a intervenir en una farsa vergonzosa e infinita un espejismo roto insomne y soñoliento…
No me siento, me confundo. Inconsecuente. Acamuflado a insanías misceláneas.
Aburre el equilibrio, el orbitar. Lo que sea que funcione. Quizá el soborno de las endorfinas. Quizá el aullido glorioso —eterno retorno— de un eléctrico acople.
—En las inmediaciones —las excrecencias— del poema. Búscame. Me hallarás en la ilusa tarea de abolir la espera.
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