desperté y he muerto, desde entonces
no he podido adormecer mis párpados
los espectros no han de alcanzar
ni el amor, ni la gloria
ni ha de ser oído su canto
ni han de brillar sus lágrimas
esíritus de formas vagas
invisibles, ataviados de tristeza
condenados a deshacerse de sus recuerdos
a hablar una lengua que nadie más conoce
eternamente ocupados en búsquedas imposibles
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