no he de cambiar la herrumbre siquiera
de las cadenas de la libertad,
por el oro y la notoriedad con que han de embaucar
al transigente;
so pena de robarle el alma
peor aún: su arte
descendidos al glacial sepulcro
mis huesos han de brillar
conteniendo y contenidos
por los ínfimos destellos de pureza estancada
con que he trasuntado mis versos grises
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